Primera función en la Abadía.
Si hay un teatro en Madrid, cuna de las mejores obras y referencia de calidad en la escena ese es el Teatro de La Abadía.
Vendría a ser com el Lliure de Madrid, con menos recursos económicos, pero con el mismo rigor creativo y la misma exigencia en la programación.
Hoy nos hemos sentido como una compañía grande. Nos han mimado, hemos gozado de un equipo técnico y humano como los importantes, y la función, aparte de algún problemilla con el puto micro (para variar), ha funcionado bien.
Me empiezo a sentir muy suelto, dominando la situación y disfrutando a tope cada momento de la obra.
Puedo incorporar los pequeños cambios que la evolución y el crecimiento del espectáculo conllevan, sin perder la concentración.
El público (unas setenta personas, poco teniendo en cuenta que vamos a taquilla) ha aplaudido con ganas al final. Han sido esos aplausos que te dejan realmente satisfecho, por cuanto esto ya no es un festival, donde la gente sabe más o menos lo que va a ver y están dispuestos a ser generosos. No, hoy era un público de teatro, exigente y que no se casa con nadie Para ellos yo no era más que una compañia como las demás, de la que les habían hablado bien, y un espectáculo con una buena crítica en El Pais.
Y al final, algunas personas me esperaban a la salida del teatro, para felicitarme con esa mirada de admiración que a mí me pone la carne de gallina. Esa sinceridad en los ojos, y esa sonrisa de agradecimiento, de haber pasado un buen rato, de haberse sumergido en la historia que les he contado...
Todo un regalo que compensa con creces el esfuerzo que María y yo hemos realizado durante estos meses, ensayando con un frío de la hostia con más guía que nuestra fe en el proyecto.
Hoy también era un día especial para mí. Era la primera vez que mi queriad directora no estaba entre el público y me he sentido un poco solo al principio.
Me habría encantado que María estuviese a mi lado cuando la gente nos aplaudía, nos felicitaba... porque también eran para ella las felicitaciones...
Mañana otra.
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Hola Miquel
ResponderEliminarAyer asistí al Teatro de la Abadía a ver tu espectáculo. Era la primera vez que veía una obra teatral con títeres (una es así de cateta), pero me lo recomendó mi amiga Alicia que es redactora de la revista "La linterna de Segovia" y ya lo había visto y sus recomendaciones no suelen defraudar. Y de hecho no lo hizo
Me ha parecido un espectáculo fántastico. La figura de Don Juan es uno de mis personajes preferidos y he leido tanto la obra de Zorrilla como "El burlador de Sevilla" muchas veces. El texto me ha parecido muy bueno, con pasajes de estas dos obras escogidos con mucho acierto y fusionados con el nuevo texto de forma totalmente natural. La escenografía, música, luces...muy buenas y tu actuación prodigiosa. Desconocía totalmente que hay gente capaz de hacer lo que tu haces. Tus personajes cobran vida y todos tienen un carácter, voz, gestualidad tan singulares que parece íncreible que todos sean interpretados por la misma personas.
Me he emocionado en muchos momentos, y eso hoy en día es un lujo.
Bueno, no me enrollo más, solo quería felicitarte a ti y a todo tu equipo por tan excelente trabajo y agradeceros la generosidad de crear sueños para los demás.
Un beso
Bien Miguel, bien.
ResponderEliminarNos vemos pronto.
Albert
Entro en este blog por el enlace que deja un amigo que vio vuestro espectáculo y le pareció magnífico, lo calificó de "puesta en escena poética sobría y acertadísma en detalles". Leo unas cuantas entradas, veo el vídeo y se me ponen los dientes largos. Estos días estaba dándole vueltas al personaje del Don Juan español y observando diferencias con Giácomo Casanova. Me parece interesante la reinterpretación que hacéis de Don Juan partiendo de Tirso Y Zorrilla, que no se lo lleve la muerte, sino que se enfrente a su pasado y descubra otros sentimientos.
ResponderEliminar(Por cierto, que es verdad que la marioneta hace recordar a Fernando Fernán Gómez).
Suerte, y a ver si os paseáis por Galicia.
Muchas gracias por vuestros comentarios... No sabéis cuánto significan para mí.
ResponderEliminarHace tres años que empezamos este viaje y es un regalo enorme las cosas bonitas que decís. Nos llenan de confianza y de fuerza. Uno, desde la modestia, siempre sueña con crear sentimientos en el espectador. Ahora me doy cuent que es posible. GRACIAS!!