domingo, 10 de mayo de 2009

DON JUAN. DIARIO DE UN NÁUFRAGO. 44

ESTRENO

Bien. Aquí estamos. Hemos hecho un recorrido de 7 meses, más dos años y medio de búsqueda de texto, para llegar aquí.
El día del estreno muestras lo que has sido capaz de hacer. No valen subterfugios ni excusas. Que si los nervios, que si el rodaje, que si… Nada. Hoy te la juegas.
Sorprendentemente, y en la línea de lo que he sentido hasta ahora, estoy mucho más tranquilo de lo que me cabía esperar. Estoy seguro de lo que presentamos, y no tengo apenas dudas. Hemos trabajado todo lo que hemos podido, duro, seguros, confiados y optimistas. Creo que con estas armas sólo puede acontecer una reacción: respeto. Respeto por el esfuerzo, por la honestidad, por el riesgo asumido… Y eso es lo que encontramos.
Ante todo, un gran y profundo respeto. Una escucha escrupulosa y un seguimiento de lo que queríamos contar como nunca había sentido. No cabía lugar a la distracción: la atención era máxima. Un gusto. Sorprendentes fueron las risas del público en algunos pasajes, lo que demuestra que la gente tiende a desear la risa al sufrimiento viendo un espectáculo.
Cierto que era el estreno, un día en que los amigos y la familia están presentes cargándote de sus buenas energías, y dándote ánimos.
Pero Don Juan empezó a dibujar las primeras carcajadas en el público. Primero de pura sorpresa al ver lo tremendamente creíble del bicho. Luego de pura simpatía hacia ese ser cascarrabias y amargado (ya es oficial: es la reencarnación de Fernando Fernán Gómez… “A la mierda!!!).
La gente disfruta con esa tortura psicológica a la que somete Don Juan a Jacobo. Sí hubo risas…
La función se desarrolló mejor que en el general. Con más ritmo, la iluminación estaba en su sitio, y todo salió bien. Yo me sentí energéticamente a tope durante toda la función, pero con la suficiente tensión aún como para no poder ahondar totalmente en las tripas de Jacobo.

Me hice un lío con la escena del huerto, del que salí airoso no sé cómo, intentando hacer un collage con el texto que yo mismo había descompuesto involuntariamente…

El final tampoco se entendiótotalmente, lo que nos hizo ponernos las pilas para cambiarlo definitivamente.
Luego, todo fueron parabienes, a pesar de mi mala sensación.
Un estreno. Ya está.

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