lunes, 11 de mayo de 2009

DON JUAN. DIARIO DE UN NÁUFRAGO. 46

Tercera función.

Después de la sorpresa desagradable del día anterior, cuando la larga espera de público y mía acabó con todos mis esfuerzos de calentamiento y concentración, decido trabajar este aspecto e intentar mantener mi concentración para entrar a tope en escena.
Lo logro.
La confesión de Jacobo impecable y me dispongo a afrontar la escena 3: la de don juan en la cama.
"Dónde vas fraile?" me espeta el viejo.
"Ayúdame" continúa.
Yo me paro y me dispongo a incorporarlo como toca, cuando... MIERDA!! algo no marcha... No noto nada en el bolsillo de mi hábito... NOOOOOOOO!!! Me he dejado el veneno en el camerino!!!
No puede ser, no puede ser, no puede ser... Qué hago, qué coño hago ahora, capullo despistado. Tienes a 200 personas mirándote fijamente y tu estás paralizado...
En un segundo...

opción A: (la cobarde) tira, ya lo solucionarás improvisando... Consecuencia: no veneno, no muerte, no conspiración, no asesinato padre luis, no carta, no nada... Descartada.

opción B: (la descerebrada) Abandono la escena en un happening insólito y me dirijo al camerino improvisando, huyendo de don juan, lloriqueando, pidiendo disculpas y rezando el padre nuestro... Hasta volver a escena donde me espera don juan inmóvil y 200 espectadores boquiabiertos por tremenda osadía del actor de abandonar el escenario durante unos 15 segundos para volver rezando...

opción C: (la desesperada) Me voy del escenario pero para no volver nunca jamás a este continente...

Opto por la B.
Acierto.
Todo continúa igual, el público se lo ha tragado y les parece una puesta magnífica la huída del temeroso fraile, y la interpretan como parte normal de la escena.
SALVADOS!!!!

A partir de ese momento, todo es coser y cantar.
Juro por Dios que nunca lo había pasado tan mal y que nunca me volveré a dejar la botellita en el camerino!!!

Luego, como es lógico, la función fue impecable. Superado el susto y el infarto, ya me encontré como en casa...

Y la gente lo reconoció con una ovación larga y cálida al final y muchos alagos para todos los que hemos participado en esta aventura monacal.

1 comentario:

  1. Jaja... lo que me he divertido leyendo tus apuros en escena. Estoy en un grupo de teatro aficionado y no veas la cantidad de anécdotas de ese tipo que he vivido. Sí, se pasa mal, pero como no queda más remedio, tu mente es rápida e improvisas y sales adelante con mejor o peor fortuna... Una pistola sin el "cartucho" correspondiente, aprietas gatillo y hace un inaudible "click", nervioso vuelves apretar y ni padiós! ¿Qué coño hago? La escena es dramática y necesita tensión, necesitas intimidar e impactar al espectador, y te sale de la boca un ridículo Pum, pum!

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