miércoles, 18 de febrero de 2009

DON JUAN. DIARIO DE UN NÁUFRAGO. 17

Bueno, bueno, bueno...
Hoy hemos tenido el mejor ensayo de todos.
Finalmente he conseguido la energía positiva que estábamos buscando y hemos encontrado cosas interesantes...
Jacobo sigue su curso. Definitivamente ya no es aquel niño asustado que no era capaz de mirar a los ojos a Don Juan. Ahora es más seguro de si mismo. Teme al bicho, pero logra vencer ese temor y mira a los ojos a Don Juan.
Jacobo está harto de las mofas del tipo ese al que le ha tocado cuidar, y ruega a Padre Luis ser relevado... Pero ante la negativa, se enfrenta con resignación a la tarea, pero si tiene que aguantar al viejo, al menos que el viejo sepa que él no es un monje más... él no ha podido elegir... él ha vivido siempre ahí... ante lo cual... of course... Don Juan empieza a mirarlo con otros ojos. Su "valentía" a la hora de contarle la verdad, hace que Don Juan entienda que es especial... que no es un monje más... que al contrario que la suya, su vida no obedece a una elección... sino al azar...
A partir de aquí se nos abren perspectivas interesantísimas, puesto que este nuevo carácter de Jacobo libera nuevas vías...
Así pues, además de ver a un Don Juan mucho más interesado en ironizar con Jacobo, por cuanto el fraile es más que un simple monjito inocente... Jacobo es capaz de hacer cosas que hasta ahora eran quimeras... así, la escena de las creencias se ha convertido en una escena crucial, donde vemos a un Jacobo desbocado, comportándose como nunca se había atrevido, jugando con Don Juan, apasionado en su afán de convencerlo de que Dios existe... lo lleva en volandas poseído por una energía desconocida por él, le mira sin pudor a los ojos... le habla de tú a tú... hasta que Don Juan entiende que ha llegado el momento de explicarle al frailecillo que más allá de que Dios exista o no, no todos los frailes son tan buenos como se piensa... de ahí que "quizás haya llegado el momento de poner las cosas claras con el Cielo..."
Y es por eso que Don Juan, por respeto al muchacho y movido por un interés altruista nuevo para él hasta ese momento, decide montar la falsa confesión... para que su nuevo y único amigo pueda pensar a las claras sobre si vale la pena seguir viviendo esa vida de recogimiento y "bondad".
Todo un hallazgo el nuevo enfoque de la escena de las creencias... y un verdadero gustazo reir por fin en escena con el personaje puesto... Creo que será un punto de inflexión en el proceso creativo...
Viento en popa!!!

Ahora las dificultades las enfocamos de otro modo. Los problemas empiezan a convertirse en soluciones lógicas...
Pasado mañana más.
Mañana toca música...

1 comentario:

  1. me gusta la idea de que el frailecill tome peso, sea algo más que el ratón atrapado, dúctil, inconsciente de todo, resignado. Me gusta la idea de que guarde un mundo propio que cuando encuentra una espita por donde bullir, brotar, lo hace. Y esa espita es D. Juan. Don Juan se convierte en su maestro (incluso a su pesar.

    Poco a poco los personajes se vuelven poliédricos, se liberar del papel y adquieren profundidades a veces insondables.
    Una vez más me gusta. Y por lo que leo voy deduciendo un trabajo rico, matizado, creativo por parte de María.
    Enhorabuana. Estoy deseando ver.

    ResponderEliminar