martes, 27 de enero de 2009

DON JUAN. DIARIO DE UN NÁUFRAGO. 7

Séptimo ensayo.

María está con gripazo del 15. Hoy no puede ensayar y temo que mañana tampoco.
Yo he bajado al local a calentar y trabajar con el texto a partir de nuevos acentos y entonaciones. La escena 10 la de la historia de Padre Luis, deja muchas puertas abiertas para la improvisación. Creo que exploraremos caminos distintos.
Hablando con Pep me decía que para él Padre Luis era un pobre hombre; que le daba mucha pena... y que ya tenía suficiente castigo con el rechazo de Jacobo, que no merecía más... Yo cada vez me siento más atraído por Don Juan... Es un tipo enorme, aunque de joven le habría dado diez patadas en los huevos, de viejo me parece un ser entrañable. En cambio Padre Luis está tomando un cariz chungo chungo...
Aunque le tengo lástima... Su sensación de derrota tiene que ser desagradabilísima... ¿Quién no ha sentido alguna vez que ha cometido un error por pura descerebridad y brabuconería, sin pensar en las horribles consecuencias de ese acto, y luego ha tenido que convivir con ellas, sintiendo una culpa corrosiva y una verguenza horrible...?
Pues eso. Joder, la mentira no lleva a ningún lado... A no ser que seas Don Juan, que entonces te lleva a todos...

Tengo a Don Juan!!! Esta tarde he ido a buscarlo y es... impresionante! En una palabra! Joputa está vivo! Martí ha hecho un trabajo enorme! He llegado al teatro local donde trabaja y me he encontrado a Don Juan sentado en una silla mirándome... qué digo mirándome... escrutandome, juzgándome, humillandome, perdonandome... y cuantos gerundios se os puedan ocurrir. Está más vivo que yo!!! El público va a flipar... Es de aquellos muñecos que no hace falta hacerles nada para cobrar un dimensión abrumadora. No se lo voy a enseñar a los niños porque temo que no puedan dormir en un mes...
Cuando tenga las fotos promocionales las pondré. Quiero cuidar su anonimato lo más posible. Aunque como a todo ser vivo, las fotos seguro que no le hacen justicia...
Hasta mañana.

1 comentario:

  1. Dile a María que se cuide, en mi reciente experiencia una gripe me ha tenido dos semanas y media fuera de combate.

    Me encanta lo que cuentas del muñeco de Don Juan.

    Y respecto a lo que dices de D. Luis. Creo que su alma es negra de dolor.
    Pero veamos, se nos muestra a nuestros ojos con diversas capas y solo poco a poco va desvelándonos el fondo de su alma: la primera capa aquello que vemos a simple vista es de humildad y aceptación monjil. Segundos después de charlar con él veríamos que debajo de esa humildad está la autoridad y cierta fortaleza (que deviene de su pasado noble y su presente de autoridad eclesial.Pero si escarbamos un poco más veremos que hay un dolor secreto, oculto, algo tenebroso, un dolor grande y negro.
    Debajo de ese algo tenebroso, de ese dolor se encuentra un rencor contra don Juan contra los hechos acaecidos en el pasado (y que él lleva clavados en su corazón y que le mueve a una cruel venganza)
    Pero hay una última capa: vergüenza, rechazo contra sí mismo y cierta humillación por su cobardía en los días en que sucedieron los aciagos acontecimientos con don Juan.
    Un rappel hacia el interior del personaje nos llevaría desde una superficie de humildad y comprensión con cierta dosis de autoridad hasta el infierno de la profunda vergüenza por sus actos horribles del pasado, pasando por una percha en la que cuelga todas sus fustraciones que es don juan.



    Ánimo.

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