Quincuagésimo octava actuación.
En la función de ayer decidí masticar más las palabras haciendo un esfuerzo extra de vocalización con el fin de que la gente comprendiera mejor... Pero claro, eso ralentizaba el ritmo del espectáculo y poco a ponco me fui hundiendo en la miseria engullido por un ritmo cada vez más lento y una energía más baja... Eso era un gran riesgo, porque justamente es al final del espectáculo donde está la escena más complicada: la de la campana y el parlamento de padre Luis... Así que decidí echar los restos para defenderla con uñas y dientes, a pesar del dolor de hombro (cuatro funciones en 5 días es bastante duro...). Hice un trabajo extra de introspección, buscando sentimientos y motivación debajo de las piedras de mi conciencia para motivarme... y salió muy bien. Las escenas finales remontaron el espectáculo y el regusto último fue bastante bueno...
Remarcar la escena de las mujeres... Lo que se puede hacer con un proyector bueno en el lugar correcto... Muy mágica...
Después a desmontar todo y a empaquetar para el viaje de vuelta... Se acabó la aventura brasileña que vamos a rematar hoy dando un paseo por la isla para conocer mejor sus rincones escondidos...
Saudade Brasil... hasta pronto.
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