miércoles, 16 de junio de 2010

DON JUAN. DIARIO DE UN NÁUFRAGO. 110

La noche está silenciosa a estas horas de la madrugada. Son las 5. El sueño se acabó hace un rato y empieza mi reinado en el pais de la soledad. Falta mucho aún para que pongan las calles y empiecen a pasar los primeros coches. Falta mucho para que la cortina de mi ventana se ilumine con los rayos del primer sol austral.
Podría estar en cualquier lugar en estos momentos. Podría perderme entre las páginas del Tartufo que descansa en mi mesita de noche, o buscar la compañía de cualquier periódico por internet. Podría hundirme en el océano de mi próximo espectáculo (cosa que de momento no debo hacer), o podría entristecerme pensando en qué estará haciendo mi familia y los besos que de ellos me estoy perdiendo. Podría escribir algo insulso o bailar al son de Zenet arrancado por bulerías tamizadas por mi amigo Spotify.
No, hoy elijo riesgo. Hoy quiero irme de esta anónima ciudad, de esta extraña habitación de hotel y pasar un rato lejos.
Recuerdo la última vez que tuve esta sensación de soledad, de desarraigo, de pulpo en un garaje... Y me pongo a buscar. Internet es un gran invento, una vía de escape para momentos como éste que te puede transportar a cualquier rincón sin pagar billetes ni peajes; sin pedir permiso y sin que nadie te vea.
Un par de clicks y ya estoy... Poco a poco me alejo de aquí, me alejo de mí y me pierdo en el Mapa de los sonidos de Tokio, de Coixet. No quiero pensar en nada, no pienso juzgar ni valorar nada. Es más, me importa un bledo si la película va a ser buena o me va a aburrir como las anteriores. A cada cosa hay que pedirle lo que se merece. Ahora quiero volar de aquí, oler otros aromas y oir otros sonidos... Y para eso Isabel Coixet es la mejor. Ella me transporta a ese Tokio mágico y extraño; esa ciudad tranquila pero arrebatadoramente estresante a la vez que tuve la suerte de conocer. Ese lugar en que nadie te mira y todo el mundo te respeta. Ese mundo tan original e inimitable que nunca podré olvidar.
Esta mañana he estado en Tokio. Esta mañana he amanecido en Japón. Por esta vez, gracias Isabel.

No hay comentarios:

Publicar un comentario