lunes, 14 de junio de 2010

DON JUAN. DIARIO DE UN NÁUFRAGO. 109

Brasil. Día de partido Brasil- Korea. Las calles de Londrina están repletas de gente con los colores de la selección brasileña y no paran de sonar los claxons y las tan de moda vuvuzelas. Una tortura. Pero a la vez una sensación de que el mundo se para, los problemas desaparecen durante un rato y los odios se diluyen. Un oasis en el tiempo.
Yo he pensado algunas cosas. La primera es que nuestra concepción occidental del fútbol es muy diferente...

El mundial es un puro entretenimiento que no lleva a ningún lado y que mueve una pasta que te cagas... Unos cuantos señoritos que no representan más que sus cuentas corrientes que salen a exibirse como en una feria de ganado para venderse lo más posible. El futbol es insolidario, desigual, injusto, sucio y aburrido normalmente. En algunos lugares se aprovechan precisamente de los nacionalismos y de las identidades nacionales para ser más y más grandes, unificándolo todo, arrasando cualquier otro color o matiz, y hundiendo en la miseria cualquier equipo que no vista los colores de "un grande", poniendo a la gente en la disyuntiva de ser de uno o de otro, y por tanto contra uno o contra otro, sencillamente por las ideas polítiticas que representan. El futbol de barrio desaparece. Sentir unos colores se ha convertido en una quimera que en ocasiones los niños tienden a esconder si no son los de los "grandes" por no ser los raros, los diferentes, los que van a la contra. "Tu eres de ese equipo..? Pero si no gana nunca..!" Incomprensible que no sean de uno de los grandes, porque cada vez más son los únicos que ganan.
En ese sentido, en el estado español, el Mundial rompe esquemas por cuanto jovenes (señoritos adidenaros hasta el tuétano, sí, una élite de escogidos que repito no representan más que los 600.000 por barba que se llevarán si acaban ganando...) de distintas comunidades, nacionalidades, regiones según sea tu visión de ese tema, se unen con un objetivo común.
Si además resulta que por primera vez en la historia, resulta que lo hacen bien y te entretienen, pues es digno de ver.

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