lunes, 3 de mayo de 2010

DON JUAN. DIARIO DE UN NÁUFRAGO. 103

Cuadragésimo novena actuación.

Bonito teatro el Principal de Arenys, que aúna el espíritu mágico de una sala que nació en el mil ochocientos y pico y la comodidad de un teatro reformado en el 2005.
Hablaba con Joan, el programador, sobre las dificultades que están teniendo para llevar público al teatro y la desesperación de ver que día a día la platea está más vacía, salvando los casos de las representaciones familiares, en las que el público asiste de manera mecánica, como si asistir al espectáculo infantil de turno fuera parte obligada de la rutina del fin de semana.

Es una verdadera lástima que esa misma "irreflexión" a la hora de llevar a los niños a ver teatro los fines de semana en la sala del pueblo, no se pueda aplicar a los espectáculos "no familiares" o mal llamados "para adultos", como si la adultez llegara con los años...
Pero claro, la diferencia es clara. Salvando la calidad de los espectáculos, que de buenos y malos hay en la viña del Señor y en todas las categorías, si nos ponemos a analizar las razones por las cuales una familia con dos hijos menores de 10 años por ejemplo asiste al teatro un domingo por la mañana, nos encontraremos que las ganas de disfrutar de un espectáculo en vivo que nos haga pasar una hora inolvidable, sumergiéndonos en una historia que nos ayude a evadirnos de nuestras rutinas torturadoras, no está entre las primeras para asistir a dicho evento, y sí el hecho de encontrar una actividad que esos padres con sus dos hijos puedan realizar juntos, que mantenga cierta relación con la cultura y, sobre todo, que les ocupe un par de horitas librándose así, en muchos casos, de tener que aguantarse mutuamente, los papás a los nenes y viceversa.
Claro está que en el caso del teatro para adultos esa razón no existe. Más bien, y tomando como ejemplo esa ficticia familia que nos ocupa, el hecho de no saber qué hacer con los niños es, además, un claro inconveniente. Así pues, la única razón por la que una persona o una pareja o un grupo de amigos va al teatro un domingo a las 7 o un sábado a la noche es para pasar un buen rato disfrutando de algo especial, un espectáculo en vivo, donde el actor o la actriz respira el mismo aire que tú, vive el mismo viaje que tú y siente tu presencia como algo vital para su historia. Pero eso, por lo que se ve, no es motivo suficiente para acudir al teatro, y más teniendo en cuenta que, quedándose uno en casa, puede tener el excelso privilegio de presenciar uno de los inolvidables trescientos y pico partidos de fútbol que dan por la tele al cabo del año, o ir al cine donde un actor o actriz, guapísimos eso sí, vestidos de millones de píxeles proyectados en una pantalla de nylon fría como el filo de una navaja, te ofrezcan una interpretación maravillosa sin duda, pero que mañana te la ofrecería exactamente igual con las mismas virtudes o defectos. Y esto son sólo dos razones de las muchas que podría poner para no acudir al teatro a ver un espectáculo en vivo.

Ahora bien. También nosotros, las compañías, tenemos nuestra gran parte de culpa. A veces ofrecemos verdaderos bodrios al público, que se montan con dudosísimo gusto, escasísimos esfuerzos y muchísimos dineros. Yo, como espectador, voy a ver tal o cual obra por la razón que sea (la más común, porque sale fulanito o menganita de la teleserie de turno), y me encuentro con una MIERDA con mayúsculas, y mi deseo es no volver al teatro nunca más convencido de que si éstos son los actores buenos y famosos, no quieras saber como serán los otros...

Ayer éramos 23 personas en la sala (25 conmigo y con Xavi), de las cuales 15 o 16 eran colegas o conocidos nuestros... Nada que decir, nada que objetar. Cada uno es libre de dedicar su tiempo a lo que desee. Pero por favor, den una oportunidad a tantas compañías que no tienen actores de renombre porque, por lógica, el programador no las programa si no dan un nivel de calidad muy superior al de los "mediáticos".

Esa es nuestra lucha. Y de momento en la platea la perdemos con diferencia, en el escenario ganamos por goleada.

1 comentario:

  1. Miquel,
    sóc en Jordi del teatre de Sant Celoni. volia baixar a veure el bolo i disfrutar.lo. Però hem va ser impossible perq tenia bolo.
    Espero quant estigueu prop de bcn, us fare una visita.

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