lunes, 9 de noviembre de 2009

DON JUAN. DIARIO DE UN NÁUFRAGO. 69

Vigesimocuarta actuación.
Manresa tiene uno de esos festivales difíciles de definir.... y me imagino, más dificiles aún de programar. Fira d'espectacles d'arrel Mediterrània. (Feria de espectáculos de raiz mediterránea)
Mucha música tradicional, pasacalles, fanfarras y teatro. Aunque este último, imagino, es el más complicado de encontrar, dado el objetivo de la feria.
Allí estaba nuestro Don Juan, metido un poco con calzador, ya que no estoy seguro que encajara exactamente con esa definición de espectáculo tradicional...
Como suele pasar en estos macroeventos con una programación tan amplia, tuvimos que comprimir el montaje en cuatro horas el sábado, y la función era a las 24 h.!! Llegamos con el cansancio del viaje desde Murcia en el cuerpo, y pasamos un montaje estresante donde no podíamos despistarnos ni un segundo porque si no, no llegábamos. De hecho estuvimos tan al límite que Carles estuvo programando la mesa de luz con el público entrando en la sala...
Y claro, paso lo que pasó...
Y lo que pasó es que hubo errores técnicos importantes que, sumados a que actuaba la versión bilingüe por segunda vez (con la consiguiente inseguridad...), estuvimos en un tris del desastre total... Audios equivocados, luces que no entraban o lo hacían tarde... Desesperante... Pero mi lectura final es que supimos sobreponernos a esos inconvenientes, y sacar la función adelante. Sudando ambos la gota gorda, y sufriendo lo insufrible... Al final, no pude culpar a Carles de esos momentos casi surrealistas, en los que yo decía una cosa y el audio me contestaba otra... Hizo todo lo que pudo y se peleó con un equipo difícil... Además al día siguiente, tendría la oportunidad de resarcirse. Sorprendentemente, y eso es lo maravilloso de los espectáculos en vivo, la gente nos felicitó efusivamente, el espectáculo sorprendió y encantó a todo el mundo. Desde los gerentes del teatro, hasta programadores o los directores de la Fira y el público en general. Venían a felicitarnos maravillados, encantados... de una de las actuaciones más desastrosas del Don Juan... Aunque, cómo son las cosas, a pesar de los fallos... sentí vivo el espectáculo de principio a fin. Esos bichos son un regalo, no me cansaré de decirlo: nunca caen en el desánimo, y arriman el hombro conmigo, vaya como vaya la función...

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