Ensayos trigésimo cuarto, quinto, sexto.
Esta semana nos hemos enfrentado al espectáculo tal cual. Toda la carne está ya en el asador.
Hemos hecho ya dos pases con público (amigos a los que luego sometemos sin ninguna vergüenza ni piedad a un tercer grado).
Este proceder ya lo experimenté en la crezción de El Avaro. Es muy interesante escuchar la visión de la gente una vez finalizado el pase.
En realidad no es tanto lo que la gente expresa verbalmente, sinó esa energía que transmite. Lo que más me interesa es sus miradas. Esas miradas lo expresan todo. Ellos son los primeros que han visto el espectáculo en su forma definitiva. Y aúnque sé que su situación no es nada fácil y que seguramente llevan todo el espectáculo pensando en lo que van a decir y rogando por Dios que les guste lo que van a ver, sus ojos no mienten en ningún caso. Sus miradas directas a mis ojos, sus sonrisas sinceras, su relajación en las butacas una vez finalizado el pase y encendidas las luces... todo ello me indica afortunadamente que la cosa ha ido bien. Que les ha gustado... que sus comentarios pueden ser francos porque son detalles que no cambian sustancialmente nada...
Y esa relajación a la hora de entablar la conversación a mí me resulta muy gratificante. Les ha gustado, y mucho.
A pesar de que en el primer pase con público la función comenzó con algún error técnico, supimos sobreponernos y vencer esas dudas. Lo peor fueron las dudas en los cambios de escena... Es curioso. Uno se pasa tres meses ensayando el espectáculo, aprendiendose el texto, los personajes, los movimientos, los sentires... y cuando hace la primera función con público se da cuenta que no sabe dónde coño ha dejado la jarra, o dónde tiene que dejar tal o cual personaje...
Y se encuentra a oscuras en la escena sin saber dónde ir ni qué hacer...
A pesar de ello, las cosas fluyeron muy bien, y principalmente en el segundo pase, me sentí libre. Empecé a ver las cosas con mucha más tranquilidad... Cada vez domino más los tiempos, los gestos, las intensidades... Empieza a ser todo como un juego, una diversión en que todos nos lo pasamos muy bien... Disfruto!!!
En el primer pase la gente no aplaudió el final. Sinceramente creo que fue debido a cierto descoloque de las ocho personas que estaban de público. Pero es cierto que aquel día no jugué bien la situación, y la interpretación no fue del todo ajustada. En todo caso, los códigos estaba claros, y estoy seguro que más allá de la interpretación, la situación llevará al público a entender claramente que es el final.
También es cierto que la escenografía crea una espectativa que queda en el aire, y aunque acabar dejando caer todos los sacos al suelo justo al final, nos pareciera una solución previsible y efectista, es posible que daría un colofón más impactante al espectáculo.
En cuanto a Jacobo, es cierto que debería dejar mucho más a las claras su intención de abandonar el convento y seguir los pasos de su padre biológico lejos de las estrictas y aburridas reglas religiosas.
Nos pondremos a ello.
Por otro lado, todo lo demás resultó ser un regalo. Todos los comentarios abundaban en lo impactante de la relación del humano con los muñecos y todos coincidieron que desde el principio olvidaron que eran eso, muñecos manipulados. Ese era nuestro primer objetivo. Crear un ambiente y llegar a sugestionar al público de manera que no hicieran diferencias.
Otro objetivo cumplido es que todos alabaron la dramaturgia, en cuanto a que el devenir de los hechos los mantuvo interesados constantemente en la historia hasta el final, sumergiéndose en ella totalmente. Este era uno de mis miedos: que de tanto texto, el público llegara a cansarse...
María y yo estamos muy satisfechos del resultado.
Y a mí me sucede algo que nunca me había pasado: los momentos previos a los pases, los vivo con total tranquilidad, siento que todo esta fluyendo a su ritmo correcto, que cada día que pasa avanzamos lo previsto y que llegaremos al estreno con las cosas bien a punto.
Esta semana haré otro pase con más gente, y espero que las cosas sigan yendo bien, corrigiendo los pequeños errores que se evidenciaron en el primer pase e intentando seguir disfrutando todo lo posible.
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